Con el nombre de
baptisterios se designan las pequeñas
iglesias y
capillas destinadas a la administración del
Bautismo ya estén aisladas de las grandes
basílicas (aunque siempre próximas a éstas) ya adosadas a ellas, ya dentro de las mismas. Se construyeron en edificio aparte en la época del emperador romano
Constantino, siendo ya raro encontrarlos así a partir del siglo VII. En cambio, se dispusieron como capilla en todas las parroquias a partir de dicho siglo.